En el territorio ártico de Canadá se encuentra una pequeña mezquita azul turquesa de Iqaluit, capital del territorio de Nunavut y situada al norte del paralelo 62. Flanqueada por su minarete blanco, la mezquita fue construida en este paraje nevado en 2016, sin ninguna oposición.
Uno de los musulmanes que acuden a la misma es Ahmad Abdoul, que no echa de menos su antigua vida en la ciudad de Montreal, aunque en su nueva residencia ártica, él haya de desempeñar dos empleos para atender a las necesidades de su familia.
La mezquita de Iqaluit recibe a todos los habitantes, musulmanes o no. Sidakha Ali, pakistaní de origen, ha sido el primer musulmán en instalarse en la localidad hace más de 20 años. Él señala que las gentes de este lugar son muy hospitalarias. “Ellos nos hacen sentir que estamos en nuestra casa”, señaló.
La mezquita de Iqaluit se funde en el paisaje, rodeado de nieve, pero también en el calor humano de su población.