El delantero de la selección de Marruecos, Zakaria Abouhlal, es un futbolista de clase mundial y se toma muy en serio su futuro, pero se preocupa no solo por este mundo, sino también por la vida eterna.
El futbolista agradece a Dios por los goles, se ha aprendido el Corán de memoria y pronuncia sermones (jutba) en las oraciones de los viernes.
En un partido con Bélgica en la Copa Mundial 2022 en Qatar, antes de ingresar al campo, leyó una súplica (du´a) y cuando marcó un gol, expresó su gratitud a Dios inclinándose hasta el suelo: saida.
Marruecos es el primer país musulmán que ha llegado a cuartos de final en un mundial de fútbol.