Una nueva norma, escandalosa en más de un aspecto, ha sido introducida por el Consejo Superior de Asuntos Islámicos de Mangalmé, en la región de Guéra, en Chad: la persona que rechace una propuesta de matrimonio se expone a una fuerte multa de unos 40 euros. Según la prensa local, se trata de luchar contra los matrimonios tardíos.
Esta práctica, localmente llamada “Amchilini”, también afecta a los hombres. La multa es aún mayor para estos últimos si rechazan propuestas de matrimonio, pero las mujeres han sido las primeras víctimas de esta práctica. La Liga Chadiana por los Derechos de la Mujer (LTDF), que condenó esta medida, pide su cancelación total.
“Si tenemos que poner multas para que las personas libres se casen, esto se convierte en un matrimonio forzado, que condenamos. El consentimiento del matrimonio debe ser libre”, martilleó la LTDF.
De hecho, el matrimonio forzado está prohibido en el islam; se requiere el consentimiento de ambas partes para que la unión se considere válida. Por lo tanto, la práctica también ha sido denunciada por el Consejo Superior de Asuntos Islámicos (CSAI) de Chad.
“Llamé a las autoridades del Consejo Islámico de Guera para decirles claramente que Amchilini no es una práctica religiosa musulmana porque no cumple las condiciones ni los principios del matrimonio islámico”, dijo el vicepresidente del organismo religioso, Abdeldayim Abdallah, citado por Deutsche Welle. “Lo que queremos, en cambio, es que la gente baje el monto de la dote del matrimonio para animar a los jóvenes a casarse porque hoy todas las jóvenes, todos los jóvenes quieren casarse. Pero la barrera es el problema del dinero”, cree.