El
ex presidente Abdelaziz Buteflika la quiso y su sucesor Abdel Mayid
Tebún la inaugurará. La Gran Mezquita de Argel, que visitó el jefe
de Estado argelino el jueves 20 de agosto, será inaugurada el 1 de
noviembre, 66 aniversario del estallido de la guerra de
independencia.
El edificio, que costó más de
2.000 millones de dólares, podrá albergar a no menos de 120.000
fieles. Con una superficie de 400.000 m2, es la tercera mezquita más
grande del mundo detrás de las de La Meca y Medina. Además, hay un
minarete de 265 metros de altura y una cúpula de 70 metros. Este
enorme proyecto, cuya obra se completó en abril de 2019 (tras una
espera de siete años, incluido un retraso de tres años), fue
llevado a cabo por el grupo chino China State Construction
Engineering Corporation (CSCEC).
La construcción de la
mezquita, sin embargo, no contó con la unanimidad de los argelinos.
El motivo es el enorme presupuesto destinado a su construcción, que
además es el doble de lo esperado. Este gran gasto hace que la gente
se estremezca, ya que la situación del país es precaria. El Fondo
Monetario Internacional (FMI) predice una caída del 5,2% en el PIB
argelino este año por la crisis del coronavirus.
Otro punto
de discordia es la ubicación de la mezquita, ubicada en la bahía de
Argel, una zona particularmente inestable, pantanosa y propensa a los
terremotos.
A pesar de estas protestas, la mezquita ahora
existe. El presidente argelino anunció durante su tradicional
Consejo de Ministros el domingo 23 de agosto la creación de dos
órganos a cargo del lugar de culto. Uno se ocupará de la gestión
diaria del edificio, el otro supervisará las actividades religiosas
y científicas. El objetivo a través de la mezquita es también
proporcionar formación adicional a la que ofrecen las universidades
argelinas y africanas, así como educación de “alto nivel” para
los imanes.
El mandatario también mencionó la necesidad de
contratar los servicios de una empresa para el mantenimiento del
edificio. “Mantener la tercera mezquita más grande del mundo
después de las de los dos lugares santos requiere una sociedad que
esté a la par con las que administran los dos lugares sagrados”,
recordó.