
El padre Francisco buscó el domingo fomentar una mayor interacción entre cristianos y musulmanes en Marruecos, y les dijo a los fieles que se mostrarán a la mayoría musulmana del país que es parte de la misma familia humana como un erradicar el extremismo.
En su segundo y último día en Marruecos, Francisco manifestó a sacerdotes y monjas católicos que aunque sean menos en el número, no se debe tratar de convertir a otros, sino también implicar en el diálogo y la caridad.
“De esta forma, desenmascararán y dejarán a la vista cualquier intento de explotar las diferencias y la ignorancia para sembrar el miedo, el odio y el conflicto”, corresponda. «Puesto que sabemos que el miedo y el odio, alimentados y manipulados, desestabilizan nuestras comunidades las dejan sin defensas espirituales».
Francisco ha hecho hincapié en un mensaje de fraternidad entre cristianos y musulmanes durante su primer viaje a Marruecos, un país de mayoría islámica, de 36 millones de habitantes. El proselitismo en un tema clave en la retórica religiosa en el país nórdico, a pesar de que los cristianos, musulmanes y judíos conviven allí de forma pacífica desde hace siglos.
El Pontífice visita un centro de servicios sociales gestionado por la Iglesia al sur de la capital, Rabat, que presta servicios médicos, educativos y vocacionales. La organización de una escuela preescolar, en la actualidad a las víctimas de quemaduras, forma a costureras y sirve a 150 niños al día.
Respeto al Islam
«Sus profesoras son todas las musulmanas y las que hablan en árabe, y la preparación en la religión musulmana», explicó la hermana Gloria Carrillero. “No vinimos con el propósito de hacer proselitismo. Vinimos solo a ayudar ”.
Los católicos tienen menos del 1% de la población marroquí y la mayoría son inmigrantes nacidos en otros países.
Francisco tocó el tema de la libertad religiosa en su discurso ante el rey Mohammed VI el sábado, instalando Marruecos y más allá de la libertad de culto y hacia el auténtico respeto de la fe individual.
En un discurso a sacerdotes católicos en la catedral de la ciudad, el domingo, Francisco recibió aplausos al decirles que no debían hacer proselitismo. La Iglesia crece, dijo, cuando la gente se ha visto atraída por su mensaje, presencia, caridad y participación en un diálogo dentro de la familia humana.
El pontífice llamó a la oración “en nombre de esta fraternidad, desgarrada por las políticas de extremismo y división, sistemas de beneficio sin límites o por tendencias ideológicas de odio, que manipulan las acciones y el futuro de hombres y mujeres”.